OT Orbis Tertius, vol. XXIX, núm. 40, e311, noviembre 2024 - abril 2025. ISSN 1851-7811
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria

Libros

Julia Musitano y Carlos Surghi (comps), Deshacer la vida. Dimensión y experiencia en la escritura biográfica. Villa María, Eduvim, 2023, 226 páginas

Rocío Cabral

Instituto de Estudios Críticos en Humanidades (UNR-CONICET), Universidad Nacional de Rosario, Argentina
Cita recomendada: Cabral, R. (2024). [Revisión del libro Deshacer la vida. Dimensión y experiencia en la escritura biográfica por J. Musitano y C. Surghi (comps)]. Orbis Tertius, 29(40), e311. https://doi.org/10.24215/18517811e311

Musitano y Surghi se proponen, en esta recopilación de ensayos y entrevistas, dotar de espesor teórico a un género literario que ha demorado en abordarse como tal: la biografía. Deshacer la vida. Dimensión y experiencia en la escritura biográfica le disputa a la historiografía la atención sobre lo biográfico, y busca otorgarle un lugar en la crítica literaria al estudio de las escrituras de vidas. ¿Cómo se encuentra la forma de un objeto que para construirse, requiere ser deshecho, diseccionado? Esta parece ser la pregunta que persigue a los escritores de los ensayos de este libro, quienes se sienten convocados por la biografía y por la particularidad de los problemas que esta imprime en la crítica.

La tensión entre forma y objeto que signa a la experiencia del género biográfico, entre la vida y la búsqueda del cómo narrarla, recorre los análisis que aparecen en los tres apartados que organizan el libro. La primera parte, “Los héroes de una vida perdida”, se ocupa esencialmente del trabajo del biógrafo, de las preguntas que lo acosan a la hora de elegir un biografiado y las decisiones que toma en la búsqueda de la forma que le demanda esa vida que procura captar; en palabras de Surghi, de la construcción del “artificio” biográfico. La segunda parte, “Las vidas de los otros”, se centra en la particularidad del vínculo que se establece entre biógrafo y biografiado, en el puente afectivo que se traza en la intimidad del encuentro con la vida de ese otro que el biógrafo quiere narrar. Por último, la tercera parte, “Deshacer la vida”, aborda la manera en que la vida a biografiar irrumpe en la propia vida del biógrafo hasta resultar casi imposible distinguirlas entre sí para narrarlas: para contar al otro, debo contar qué hizo conmigo.

“Los héroes de una vida perdida” se compone de cuatro ensayos que desandan los recorridos biográficos de vidas que fueron consideradas dignas de ser contadas. En “Muerte de un escritor”, Silvio Mattoni se interesa en la biografía de Proust que hace Marois. Para Mattoni, Marois es preso de una fascinación por una vida que a la vez que resultaba inseparable de la obra, no era plausible de confundirse con ella. Al igual que a Proust, a Marois lo interpela el paraíso de lo perdido, en tanto para ambos es la búsqueda interminable lo que acaba por convertirse en condición para lo literario. El ensayo de Carlos Surghi “La preparación de la biografía en la literatura inglesa” hace un recorrido por los principales autores del género biográfico en la tradición inglesa y sus inquietudes ¿Cómo identificar el detalle que define una vida? ¿Qué ir a buscar en las vidas a narrar? ¿Cómo desplegar una épica de lo cotidiano? ¿Cómo construir el artificio por el que una vida se vuelve lenguaje? En los avatares por los que un biógrafo se vuelve su biografía, Surghi intenta identificar las distintas formas de captar, en las biografías de escritores, las maneras en que la vida puede ser rescatada por el arte. Carina Blixen, en “Delmira Agustini: narraciones de vida y de muerte”, se detiene en el interés biográfico suscitado alrededor de la vida y la muerte de la poeta uruguaya Delmira Agustini. Blixten atiende a las elecciones narrativas que organizaron los registros de la tragedia de Agustini, asesinada a manos de su esposo a poco tiempo de haberse casado, y se interesa por una particularidad de la vida y obra de esta poeta: la relación con su padre, primero, y con Rubén Darío, después, como condición para volverse legible como artista. Lejos de leer en este gesto una dependencia infantil (conclusión de fácil arribo si nos enfocamos en el apelativo familiar de Agustini, “la nena”), Blixten destaca, a partir de los archivos de Agustini, la posibilidad de autonomía que el legado paterno otorga a la autora, que prefiere mantener ese apellido antes que tomar el de su esposo. En el último ensayo de este primer apartado, “La vida (in)visible de Juan Filloy: revisando el mito del escritor oculto”, Candelaria Olmos historiza los devenires biográficos de la vida de Juan Filloy, problematizando la construcción del escritor cordobés como un escritor “olvidado” u “ocultado” para la crítica. Olmos se ocupa de los tránsitos entre escritor culto-de culto-oculto que funcionaron en las biografías de Filloy y se pregunta por la relación entre la vida del poeta como jurista, las operaciones del mercado editorial, y las formas de circulación de una obra que emerge como el secreto peor guardado por la crítica.

El segundo apartado, “Las vidas de los otros”, reúne tres ensayos que abordan el tipo de vínculo particular que surge entre biógrafo y biografiado en las biografías de escritores hechas por escritores. En “Un prisma. Silvina Ocampo por Mariana Enríquez”, Judith Podlubne analiza el perfil biográfico de Silvina Ocampo que traza Mariana Enríquez para la colección Vidas ajenas de Leila Guerreiro. Sin la intención de generar una imagen totalizante o cerrada de este personaje de la cultura argentina, siempre leído en un juego de pares y oposición permanente con su hermana Victoria, Enríquez se embarca en la escritura de esta vida a partir de la investigación y las entrevistas que realiza para enmarcarla. Del prisma de miradas sobre la escritora con el que Enríquez construye su biografía de Ocampo, a Podlubne le interesa señalar el efecto que tiene la reserva de la escritora para acercarse a esa “hermana menor” que está retratando. El ensayo de Nora Avaro, “El hombre que vio al oso”, desanda lo que para la autora fue la aventura de Petrecca al biografiar a Mastronardi. Avaro destaca el trabajo artístico de Petrecca, su forma de intentar “ver al oso” mediante la reconstrucción de Mastronardi a partir de la elaboración de imágenes de gran fuerza poética. Para la autora, el pequeño retrato de Mastronardi no pierde valor en su brevedad sino que, por el contrario, consuma el propósito de toda biografía al captar en unas pocas escenas, la intensidad de la vida de su biografiado. Cierra este segundo apartado un ensayo llamado “And everything emptying into white. Entrevista y biografía en Nací para ser breve, de Gabriela Massuh”, en el que Patricio Fontana posa su mirada sobre el espacio afectivo que se construye entre María Elena Walsh y Gabriela Massuh cuando, en 1981, Massuh produce una serie de entrevistas a Walsh mientras esta cursaba una convalecencia a causa de un cáncer de huesos. Esas entrevistas darían lugar, recién en 2017 (seis años después de la muerte de su entrevistada, que sobrevivió al cáncer), a una biografía de María Elena Walsh en la que el lazo amoroso tejido entre ambas durante ese período revelará cómo la intención biográfica funcionó como un dispositivo no solo para contar una vida, sino para producir con ella un territorio de intimidad.

El último apartado del libro lo cierran Julia Musitano y Rafael Gumucio con tres elementos que de alguna manera sintetizan el propósito del libro. Abre un ensayo de Musitano en el que se refiere al vínculo amoroso entre biógrafo y biografiado que se teje mientras Gumucio escribe la biografía de Nicanor Parra, en la que el par precursor/heredero pero también el reflejo juegan un rol central, y cierra un texto en el que el mismo Gumucio reflexiona sobre su trabajo biográfico y autobiográfico, preguntándose por ese extraño espejo cóncavo en el que yo resulto otro y otro resulta yo. Entre ambos análisis, una entrevista de Musitano a Gumucio expone el sistema de cajas chinas que se produce en el encuentro entre crítica, biografía y vida. Gumucio y Musitano nos presentan un recorrido en el que el amor, en todo su furor destituyente, desarma los supuestos sobre la vida del otro y nos enfrenta con la intemperie de un acontecimiento que el lenguaje intenta una y mil veces deshacer y volver a hilar, hasta dar con la forma que permita reconstruir el puente invisible que, por un instante, creímos entrever entre nosotros y el otro.

Acaso toda forma del arte parta de una fascinación que se revele en el intento perpetuo de captar una intensidad irreplicable. El interés del género biográfico para la crítica literaria se explica en esta potencia del acontecimiento biográfico: lo que sucede entre el escritor de biografías y la vida que busca captar es el motor de una escritura que va detrás de un objeto huidizo, que se resiste a toda interpretación y forma de representación. Así, señalan Musitano y Surghi en la introducción al libro, la biografía aparece como una postergación infinita del arte de contar una vida, como una negación de sí misma. Pero es justamente esa imposibilidad la que se presenta como una de las características más atractivas que el género propone para este nuevo sector de la crítica comprometido en estudiarlo. Como si de una historia amorosa se tratara (quizás, diría Musitano, porque se trata de una), el libro nos presenta primero con la experiencia de una curiosidad inicial que desea encontrar la forma para ser satisfecha, para llevarnos luego a una búsqueda que implica la construcción de un plano afectivo donde propiciar el encuentro, hasta empujarnos violentamente en la confusión de que el otro sea a la vez, parte de uno y enteramente extraño. Una experiencia de abismo, una dimensión íntima, un deshacer en el encuentro de la propia vida con la del otro.

Rocío Cabral

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